ALFREDO GÓMEZ CERDÁ
Una tarde en que Gil está estudiando para un examen de Lengua, aparece en la ventana de su habitación un mukusuluba. El niño descubre que el mukusuluba, un extraño pájaro, es el amigo ideal: le escucha, le comprende y, entonces, Gil puede contarle sus secretos y dejar de sentirse tan solo. Sin embargo, el mukusuluba solo come papel y madera, y además, es insaciable. Esto ocasiona a Gil multitud de problemas, ya que ha decidido no contarle nada a su familia. Sin embargo, el niño cambia de opinión y les muestra a su familia el mukusuluba. Y entonces, sus hermanas gemelas y los padres -menos el bebé- comienzan a buscar la compañía del mukusuluba porque también se sienten solos. Pero, al estar tanto tiempo con el mukusuluba dejan de lado a los demás, lo que origina una situación de incomunicación.Ante esta realidad y tras pensarlo muy bien, el niño le pide al mukusuluba que se marche. Es una decisión difícil, ya que Gil se había encariñado mucho con él; pero piensa que, de esta manera, tal vez haya esperanza de que -dentro de su familia- cada miembro deje de sentirse tan aislado y empiecen a comunicarse entre ellos.