ROBERTO SANTIAGO
Matías describe unas votaciones muy especiales de su colegio: todos los años los alumnos votan al final de curso para elegir a los primeros en diversas categorías: pelmazos, gafotas, matones, guapos, feas, etc. Matías sale siempre el primero de los pelmazos y sus tres amigos principales, el más gafotas, el más empollón y el más cabeza cuadrada. Ese año, Óscar, el cabeza cuadrada, descubre que las votaciones están amañadas. Rodrigo, un bravucón del colegio, decide todas las categorías con sus amigos. Cuando Matías y sus amigos le dicen que lo saben todo, Rodrigo se ofrece a hacer cualquier cosa, con tal de que no se lo cuenten a nadie. Los niños le dicen que les deje en la categoría en la que están: pelmazo, cabeza cuadrada, empollón y gafotas. A ellos les da igual. Van a seguir siendo los mismos, estén o no en esa lista. Pero deciden hacer que Lola, una niña de su clase esté la primera entre las más guapas, porque saben que le va a hacer mucha ilusión. Además, le piden a Rodrigo cuatro entradas para el partido Madrid-Barcelona. Ya nunca más les importará estar en una de esas listas. Ellos saben cómo son ellos mismos y cómo son sus amigos.