DANIEL EASTERMAN
Jack Gould ha dedicado su vida al estudio de textos antiguos y tiene un interesante trabajo como ayudante del director de manuscritos bíblicos en la Biblioteca Chester Beatty de Dublín, una de las más prestigiosas del mundo. Desde la muerte de su mujer y su hija pasa los días encerrado en la biblioteca y en sí mismo, esperando la oportunidad que le permita alejarse de su pasado y del dolor de sus recuerdos. Una mañana esa oportunidad parece llamar a su puerta. Un coleccionista de manuscritos antiguos que vive en un pequeño pueblo de pescadores cerca de Cork le ofrece pasar una temporada en su casa para que le ayude a ordenar una importante y misteriosa colección de manuscritos hebreos que ha ido acumulando durante años. La oferta le permitiría alejarse un poco de su rutina diaria y acceder a unos textos que muy pocos especialistas conocen. Lo que Gould no puede imaginar es que acaba de entrar en una imparable espiral de acontecimientos que le conducirán a un descubrimiento inesperado: un texto escrito por el propio Jesús, que no se ajusta precisamente a la ortodoxia aceptada por el cristianismo. Gould sabe que las consecuencias de ese hallazgo pueden ser devastadoras no sólo para las concepciones que defiende el Vaticano sino incluso para el curso de la historia del mundo. Esos textos suponen casi una sentencia de muerte para su poseedor; sobre todo porque una siniestra organización secreta está muy interesada en ellos.