MICHAEL CRICHTON
Entre los vaticinios de los expertos, siempre había estado claro que, más temprano que tarde, los senderos de la programación informática, la biotecnología y el desarrollo de maquinaria micromolecular terminarían por coincidir en un solo camino: la creación de una nueva especie. Pero nadie se hubiera atrevido siquiera a sugerir que aquel momento ya había llegado, cuando un organismo completamente artificial comenzaba a ver la luz en el desierto de Nevada. Una creación indetectable y absolutamente mortífera. El competitivo y exigente mundo de Silicon Valley consideraba a Jack uno de los mejores programadores informáticos del momento. Como una burla del destino, Jack no podía evitar pensar en lo irónico que resultaba verse convertido enun amo de casa en paro, a cargo de las compras y del cuidado de sus tres hijos. Llevaba ya seis meses sin trabajar y, lejos de su voluntad y de sus esfuerzos, nada estaba saliendo como hubira querido. Encontrar la puerta abierta para reincorporarse al mercado laboral parecía cada vez más difícil. Y en casa las cosas tampoco eran nada sencillas. Desde hacía semanas, su mujer, Julia, dedicaba más y más horas al trabajo, hasta el punto de casi haber desaparecido de su vida y de la de los niños. Jack comenzaba a albergar serias sospechas de que quizá Julia tuviera una aventura. La situación empezaba a hacerse insostenible y, a no ser por la oferta de Xymos Technology, empresa líder en manufactura molecular para la que trabajaba Julia, Jack hubiera perdido los estribos. Para su sorpresa, Xymos requería sus servicios en el desierto de Nevada como asesor en un problema de máxima urgencia y Jack tenía en sus manos la posibilidad de matar dos pájaros de un tiro: por fin saldría del bache y, además, controlaría los movimientos de Julia. Sin embargo, lejos de encontrar la verdad que buscaba, Jack se daría de bruces con una amenaza de proporciones apocalípticas.