JOSÉ CARLOS SOMOZA
Con su considerable talento, no era extraño que la profesora de física Elisa Robledo despertara una gran curiosidad en la Universidad Aligheri de Madrid. Sin embargo, Víctor Lopera, físico y compañero de trabajo de Elisa, tenía la sensación de que había algo extraño. Las sospechas de Víctor pronto se confirmarían, dando paso a una inquietante amenaza. Sus orígenes se remontaban al proyecto en el que Elisa participó una década atrás en Zurich, con un selecto grupo de científicos