SANTIAGO GARCÍA-CLAIRAC
Nacho es un niño al que le encanta esconder las cosas más importantes para él y lo hace extraordinariamente bien, ya que a veces olvida dónde están. A Nacho también le gusta mucho jugar al escondite. Además, siempre se le ocurren escondrijos muy buenos. Un día, hacen una competición de escondites en el colegio y el niño elige uno estupendo: la boca de una alcantarilla. Pero un golpe de aire cierra la tapa y Nacho se queda aprisionado dentro. Gracias a unos trabajadores, consigue salir de allí al cabo de una hora y regresar al colegio. Todos -familiares, amigos- se han llevado un susto de muerte. Nacho sabe que ha hecho una tontería y les pide perdón. La normalidad regresa a la vida del niño, que decide no obsesionarse tanto con su juego favorito.